February 29, 2012
Los ensayos con este maíz genéticamente modificado demuestran que es capaz de soportar temperaturas mayores a 40ºC
Las pérdidas del cultivo de maíz a causa de la sequía podrían pasar a la historia, gracias al desarrollo de un maíz resistente a la sequía, desarrollado por científicos del Centro de Investigación y Estudios Avanzados de México.
Los resultados de los ensayos que se han hecho en el laboratorio y en pequeñas parcelas dentro de invernaderos han sido exitosos. Este maíz no sólo demostró ser más resistente a la sequía (comparado con los maíces convencionales), sino que también soporta temperaturas mayores a 40ºC, por lo cual sería apto para zonas áridas y semiáridas.
Beatriz Xoconostle (del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería – Cinestav) y José Luis Cabrera Ponce (del Cinvestav-Irapuato), son los líderes de este trabajo y buscan elevar la productividad en las regiones productoras de maíz, de modo que al menos se acerquen a la media nacional de 2 toneladas por hectárea.
Las plantas mejoradas podrían llevarse a zonas áridas y semi-áridas hasta abarcar el 50% del territorio nacional, pues según los científicos requieren 20% menos agua (los maíces actuales necesitan 12 litros por kilogramo sembrado).
Este resultado lo lograron tras varios años de experimentación en laboratorio para “reacomodar”, con ayuda de la bacteria Agrobacterium tumefaciens, un gen del propio maíz que disminuye la acción de la enzima trehalasa, la que a su vez metaboliza a un azúcar llamado trehalosa.
Esta última mantiene el agua en los tejidos vegetales y favorece la fotosíntesis, de manera que si se degrada, el maíz se hace susceptible a la sequía y temperaturas extremas. Pero al disminuir la acción de la enzima trehalasa, tal efecto se revierte.
Esta es la primera variedad genéticamente modificada desarrollada en México, por lo que los investigadores están a la espera del aval que les permita pasar de la siembra experimental (que ya realizan en un área menor a una hectárea) a la siembra piloto (con hasta 4 ha).
Finalmente, buscarán su cultivo masivo en alianza con productores de Sinaloa y Sonora.
Esto demuestra que los países le apuestan a la biotecnología como herramienta sostenible para la agricultura, y para contribuir a la seguridad alimentaria de su población.