Argentina
16 de julio de 2024
Para resolver un problema, primero hay que conocerlo bien. Con esa premisa, un grupo de instituciones privadas y públicas de las que forma parte Bayer se puso en acción para conocer y comprender la dinámica poblacional de la chicharrita -dalbulus maidis-, insecto vector del complejo de achaparramiento del maíz, sin dudas el principal desafío agronómico de la campaña 2023/24.
La Red Nacional de Monitoreo de la Chicharrita fue lanzada en el reciente Congreso de Maizar y reúne a Aappce, Aapresid, CREA, la Estación Experimental Obispo Colombres, Maizar y el INTA. Impulsará la distribución de trampas cromáticas adhesivas para recopilar datos sobre la evolución de la población, dinámica de vuelo, infectividad y capacidad de transmisión de esta plaga en las zonas productoras de maíz del país.
![](https://cs-assets.bayer.com/is/image/bayer/chicharrita1)
La red tendrá 450 puntos de muestreo con trampas que se recolectarán cada 15 días, por lo que al año cada punto de muestreo aportará datos de 24 trampas. Los puntos de muestreo estarán distribuidos entre el noroeste argentino (NOA), el noreste (NEA), el centro, la zona núcleo y el Litoral, y serán monitoreados por investigadores especializados. La coordinación estará a cargo de Maizar y de la EE Obispo Colombres.
Además, habrá 45 sitios en los que se analizará la infectividad de los insectos atrapados, es decir si son transmisores de los patógenos asociados al achaparramiento de maíz. Allí se colectarán individuos adultos de D. maidis de forma secuencial y estacional para analizar mediante técnica molecular (PCR) la presencia y distribución nacional de los patógenos principales del complejo del achaparramiento, para entender la fluctuación infectiva estacional de las distintas zonas agroecológicas. Ese procedimiento se realizará en cuatro épocas del año, de manera que arrojará 180 datos de porcentaje de chicharritas infectivas al año.
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Por último, la red nacional se nutrirá con las trampas voluntarias que cualquier productor quiera poner en sus lotes. Estos productores recibirán capacitación y deberán brindar los datos recabados al centro de monitoreo.
El proyecto, que tendrá una duración inicial de tres años, es un esfuerzo conjunto de toda la cadena del maíz para encontrar estrategias sustentables para el manejo de la plaga. Conocer a tiempo el grado de presencia e infectividad de los insectos en cada región será un primer paso para cualquier acción de control. Toda la información generada estará disponible públicamente en forma libre y gratuita en una plataforma online, que se estima esté disponible a partir del mes de julio 2024.
Entre las medidas básicas de control de la chicharrita, los especialistas coinciden en mencionar la eliminación del maíz guacho para evitar que haya un puente verde que le permita al insecto sobrevivir al invierno, concentración de la fecha de siembra de maíz, elección correcta del germoplasma con buena tolerancia al insecto y, de ser necesario, control del vector con curasemillas y tratamientos foliares registrados.