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Adaptación al cambio climático en México


Mexico
June 3, 2024

Parte 1

Retos y alternativas para garantizar la seguridad alimentaria: el cambio climático está obligando a la humanidad a transitar a alternativas sustentables para adaptarse a los diversos fenómenos meteorológicos que ya forman parte de la nueva normalidad climática. Especialistas de CIMMYT explican algunas de esas alternativas.

 

Efecto de la sequía en cultivo de trigo bajo prácticas convencionales. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)Efecto de la sequía en cultivo de trigo bajo prácticas convencionales. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
 

La nueva normalidad climática, como la llaman los expertos, es una realidad en todo el mundo y México no es la excepción, pues en los últimos años se han registrado temperaturas récord durante los meses de primavera y verano, en donde la escasez de lluvias es una constante que afecta la producción de cereales como maíz, arroz y trigo.

En el caso específico del trigo, aunque actualmente las principales zonas productoras en México son Sonora y Sinaloa, el cambio climático podría alterar esta situación, volviendo menos productivas estas áreas y abriendo la posibilidad de que áreas de valles altos en estados como Oaxaca y Chiapas, que al momento no lo producen, se conviertan en productores de este cultivo.

Este cambio conlleva varios desafíos, por ejemplo, la necesidad de comenzar a considerar metodologías eficientes para la producción de trigo en regiones de Oaxaca y Chiapas, donde las condiciones de temperatura permitirían que estos cultivos prosperaran, pero donde serían necesarios nuevos aprendizajes para su cultivo sustentable.

Kai Sonder, agrónomo y jefe de la unidad de Sistemas de Información Geográfica (SIG) del CIMMYT, expuso los diferentes caminos en los que la humanidad puede transitar en términos de emisiones y adaptación al cambio climático, con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria en un mundo con temperaturas cada vez más extremas.

El especialista explicó cómo trabajar en la mitigación y adaptación al cambio climático es crucial en la producción de trigo y otros cultivos, sobre todo, respecto a la fotosíntesis, el proceso a través del cual la luz se transforma en azúcares y que suele adaptarse a las altas temperaturas y concentraciones de CO2.

Durante este proceso, impulsado por la energía lumínica, se sintetizan moléculas de glucosa (y otros azúcares) a partir de agua y dióxido de carbono, liberando oxígeno como subproducto. Estas moléculas de glucosa son fundamentales para los organismos, ya que proporcionan dos recursos esenciales: energía y carbono orgánico.

Sin embargo, el crecimiento de las plantas en condiciones de mayor contenido de CO2 en la atmosfera también puede reducir la calidad del grano al disminuir el contenido de proteínas y minerales importantes, como el zinc y el hierro, lo que afecta la calidad nutricional del trigo y otros cultivos.

Sequías persistentes en un mundo cada vez más caliente

Otro factor muy importante es el agua, ya que el trigo emplea grandes cantidades de este elemento para su producción, pues es necesaria para nivelar su temperatura, pero la escasez de lluvias en México se convierte en un reto cada vez más mayor.

De acuerdo con proyecciones de la NASA y la Universidad de Columbia, en Estados Unidos; para los años 2050s (2040-2069) en el territorio nacional la temperatura podría incrementar hasta en 4.1° C, lo que significaría un enorme reto para la producción de trigo y otros granos, poniendo en peligro la seguridad alimentaria de millones de personas.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el trigo ha sido un alimento básico durante más de ocho mil años y se ubica como el tercer cereal más cultivado en el mundo solo por debajo del maíz y el arroz.

Datos de la FAO indican que hacia 2022 la producción mundial de trigo alcanzó las 778.3 millones de toneladas, mientras que el consumo global de trigo en ese mismo periodo se situó en 773.2 millones de toneladas, por lo que la escasez de este cereal acarrearía consecuencias negativas para la alimentación millones de personas, además de que la escasez de este grano provocaría una inflación en sus precios.

De ahí la necesidad de buscar alternativas sustentables enfocadas en el ahorro de agua que permitan el cultivo de cereales y granos necesarios para la alimentación de millones de personas.
 

Parte 2

Un panorama preocupante: el cambio climático en México está transformando el escenario de la producción de trigo. Prácticas agronómicas sustentables y nuevas variedades resistentes son clave para este nuevo entorno.


 

Técnico de CIMMYT brindando acompañamiento técnico a productor que participa en el proyecto Trigo Regenerativo Bimbo. (Foto: Hub Bajío)Técnico de CIMMYT brindando acompañamiento técnico a productor que participa en el proyecto Trigo Regenerativo Bimbo. (Foto: Hub Bajío)

 

De acuerdo con las proyecciones, de cara a los años 2050s, México estaría atravesando por una dura etapa de estrés hídrico, en la que la mayor parte del territorio nacional presentará una sequía grave.

Estados como Sonora y Sinaloa, y parte del Bajío, serían los más afectados al presentar temperaturas por arriba del promedio y prácticamente sin agua suficiente para riegos y cultivos. Pero igual los estados del Sur del país por su naturaleza tropical serán fuertemente afectados por el continuo incremento de temperaturas y cambios de precipitación a largo plazo.

Esta situación no es particular de México, pues otras regiones del mundo también se verían afectadas por este fenómeno que se ve potenciado por los efectos del cambio climático, lo que obliga a la humanidad a pensar en soluciones a corto, mediano y largo plazo para enfrentarla crisis climática, pues en este momento ya no es posible revertirla, más aún cuando el uso de combustibles fósiles no se ha reducido, ni se prevé que esto suceda en un futuro próximo.

En este marco, Kai Sonder, agrónomo y jefe de la unidad de Sistemas de Información Geográfica (SIG) del CIMMYT, resalta la necesidad de buscar tecnologías más eficientes para el cultivo de trigo, que se caractericen por un consumo bajo de agua y que esta se aproveche al máximo.

A nivel mundial, el agrónomo explica que el cambio climático para 2050 calentará tanto el planeta que latitudes elevadas en el norte de Canadá, algunas partes de Alaska y el norte de Estados Unidos, además del sur de Argentina, se convertirán en áreas adicionales en donde se expandirá la producción de trigo.

En el caso de Europa ocurre una situación similar, en donde la región de Escandinavia; Siberia, en Rusia, al igual que el Norte de China, serían más propicias para el cultivo de maíz y trigo.

Y aunque en el caso de México la sequía y altas temperaturas son una constante en el norte del país, estas condiciones se verán potenciadas en los próximos 10 años, por lo que Sonder hizo un llamado a un uso más eficiente del agua, como el riego por goteo, mayor inversión en los sistemas de riego e incluso pensar en el desarrollo de variedades de trigo que sean más tolerantes a la sequía y el calor y a la vez sean productivas, por lo que el reto que se avecina es grande.

 

Adoptar tecnologías sustentables para mitigar el cambio climático

De acuerdo con el experto, el empleo de tecnologías sustentables podría ser de gran utilidad para estabilizar los efectos del cambio climático, por ejemplo, ajustar las fechas de siembra del grano o mejorar la agronomía y así mitigar los efectos negativos, e incluso encaminar la situación a políticas relacionadas con el tema del medioambiente.

Otro desafío por enfrentar son los efectos del fenómeno de El Niño, que transita de un periodo cálido (El Niño, denominado así porque inicialmente se le asoció a un fenómeno de menor escala que ocurre en diciembre en Perú, relacionado con el nacimiento del Niño Jesús de la tradición católica) a uno frío (llamado La Niña, en referencia al efecto opuesto), con fases intermedias en este cambio de calentamiento a enfriamiento.

Este fenómeno se ve potencializado debido al cambio climático, lo que ha prolongado la sequía en México, aunque los científicos confían en que La Niña también se refuerce, trayendo como consecuencia abundantes lluvias que ayudarían a mitigar el estrés por calor, sin embargo, una gran cantidad de lluvias también traería consecuencias negativas para algunas regiones del país.

Para abordar este problema, CIMMYT, en conjunto con Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) emprendieron la producción de variedades nuevas más tolerantes al calor.

En el año 2012, la variedad Cirno se distribuyó ampliamente entre los productores, quienes vieron su valor en varios días de campo y en parcelas experimentales. Como resultado, aproximadamente el 80 % de los productores la adoptaron, lo que ha ayudado, en parte, a equilibrar el impacto negativo de las temperaturas elevadas.

Para el futuro, se plantea la combinación de buena agronomía, agricultura climáticamente inteligente, sistemas de riego más sofisticados y eficientes, junto con variedades nuevas específicamente creadas para enfrentar estos desafíos. Estudios han mostrado que la adopción de variedades mejoradas a largo plazo puede resultar en menos emisiones y una mayor eficiencia en el uso de fertilizantes y agua.

 



More news from: CIMMYT (International Maize and Wheat Improvement Center)


Website: http://www.cimmyt.org

Published: June 18, 2024

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